Barcelona ha sabido innovar como una de las grandes y potentes en lo que obras arquitectónica se refiere a nivel mundial, probando distintos estilos y viendo lo nuevo de las corrientes dominantes. Varios de ellos son edificios
diferentes, simbólicos y representativos elaborados en las adyacencias de la ciudad siendo únicos y alusivos en la arquitectura contemporánea que nació a mediados del sigo XX.

Pabellón Mies Van der Rohe

A pesar de que la elaboración original, aun es símbolo de musa y objeto de estudio en varias universidades importantes. Esta obra fue diseñada por Ludwing Mies van der Rohe y Lilly Reich como lugar en Berlín para la Exposición Internacional de Barcelona de 1929. Cuando se finalizó la Exposición, la obra fue desunido en 1930. No obstante, la sencillez de su diversidad y recursos (vidrio, acero, mármol), lo transformaron en un alusivo de la arquitectura del siglo XX, y una de las obras más importantes de Van der Rohe.

La escultura situada en el patio de forma estratégica, hace que su reflejo se vea en el agua y el vidrio, originando una solida desemejanza entre la figura geométrica, curvas y lineas de la edificación.

L’Auditori 

Esta arquitectura del español Rafael Moneo, que fue galardonado por el premio Pritzker de arquitectura, logrando ser uno de los primero españoles en obtener ese premio. L’Auditori fue una de las primeras obras construidas de Moneo en la ciudad de Barcelona. El C.C L’illa Diagonal fue la obra «primogénita», fundador de las gigantescos espacios comerciales de Barcelona. Debido al triunfo en el que se vio involucrada este edificio, Moneo obtuvo la responsabilidad de elaborar el diseño un auditorio para organizar conciertos o festivales musicales.

Torre Mare Nostrum

Su nombre de origen es Mare Nostrum, pero usualmente es reconocido como la torre de gas natural, por estar ubicado en en esta empresa de energía, que anunció un concurso de arquitectura para regresar a sus inicios, la Barcelonera, donde se situó una de las primeras fábricas de la región.

Los tres edificios están compuestos y unidos entre sí, cubiertos por una vidriera gigante. Las torres están rodeadas de un jardín que conecta con el parque de la Barceloneta. Su asimetría la hace peculiar, ya que es algo innovador y diferente.

Palau Sant Jordi

Esta obra es reconocida por representar y dejar constancia de la festividad de Barcelona 1992. Un edificio construido por los años 1983 y 1990, también fue parte del anillo olímpico. Su elaboración fue de gran importancia que tuvo un valor de 54 millones de euros.

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